En el corazón del departamento de Huánuco, se encuentra una formación pétrea única que ha capturado la imaginación de los habitantes locales y visitantes por siglos. El Pishgo Rumi, un monolito con la forma idéntica de un pájaro, es el centro de una leyenda fascinante que combina elementos de la mitología y la geografía de la región.
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Ubicado en el caserío de
Tullca (distrito de Chinchao), a 33 km de la capital de la provincia de
Huánuco, el Pishgo Rumi se erige como un testamento de la riqueza cultural de
la región. La leyenda cuenta que tres jóvenes guerreros, Waracuy, Silla y
Pishgo, se disputaban la posesión de las tierras de Tullcapampa, una zona
codiciada por su clima y fertilidad.
La lucha entre los guerreros
fue interrumpida por Tikse, el padre de los dioses, quien envió un rayo
fulgurante que partió la tierra y convirtió a los guerreros en piedra. Pishgo,
mientras huía hacia Sogobamba, fue alcanzado por un rayo y convertido en piedra,
adoptando la forma de un pájaro.
La creencia popular sostiene que,
de noche, Pishgo Rumi cobra vida y vuela sobre las cementeras de Tullcapampa,
siendo considerado como el “Illa o luz de los pájaros”. Esta leyenda no solo es
una muestra de la rica tradición oral de Huánuco, sino que también destaca la
importancia de la geografía y la naturaleza en la cultura peruana.
El Pishgo Rumi es un símbolo de la región y un recordatorio de la leyenda que lo rodea. Su presencia es un testimonio de la creatividad y la imaginación de los habitantes locales, quienes han sabido preservar su patrimonio cultural a través de las generaciones. Su importancia va más allá de la formación pétrea en sí, ya que representa la riqueza cultural y la identidad huanuqueña.