El pasado 19 de noviembre, el suboficial de la Policía Nacional del Perú, Darwin Condori, fue encontrado sin vida en un hostal de San Juan de Lurigancho. Entre sus pertenencias, las autoridades hallaron una carta de despedida de cinco caras, escrita a mano, que revela su falta de remordimiento por el asesinato de Sheyla Cóndor.
Según la investigación,
Condori se despidió de su familia, pidiéndoles perdón por el dolor que les
causó, pero no mencionó arrepentimiento hacia Sheyla ni hacia sus familiares.
Esto refleja un perfil criminal caracterizado por la falta de remordimiento, según
expertos.
La carta de Condori también
revela su estado emocional en el momento de su muerte. "Me despido de mi
familia, mi madre linda, mis hermanos, mi padre y mi tía que fue mi segunda
mamá. Quiero pedirles perdón, fallé, perdónenme por el dolor que les causo",
escribió.
El caso de Sheyla Cóndor es
solo uno de los muchos ejemplos de violencia de género en el Perú. Es
importante recordar que la violencia contra las mujeres es un problema
estructural que requiere una respuesta integral y urgente.
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